Un deudor concursado es aquella persona física o jurídica sobre la cual recae la declaración del concurso de acreedores. En la etapa previa a la resolución del juez, se trata de un deudor común. Es decir, de una persona o empresa con incapacidad para hacer frente a las responsabilidades contraídas por falta de liquidez o estado de insolvencia.
La denominación de deudor concursado tiene una relación directa con las posibilidades de acceso a nuevos créditos o intentos de consecución de activos. También hace referencia a las nuevas responsabilidades que contrae en las diferentes etapas del proceso concursal.
En el procedimiento del concurso de acreedores voluntario, el deudor concursado puede llevar adelante la administración de su empresa bajo supervisión. Cuando las obligaciones no son cumplidas la responsabilidad recaerá sobre él. En el caso de suspensión, la responsabilidad es del administrador concursal que lleva adelante el control y administración.
Una vez declarado el Concurso, la formulación de auditorías, la presentación de Cuentas Anuales y demás libros contables permanecen. Son exactamente los instrumentos que ofrecen la información sobre el estado patrimonial y financiero de la empresa en concurso. Es fundamental una relación cercana y de confianza entre deudor concursado y administrador, con el fin de lograr los mejores resultados.
Cuando no hubo presentación ni depósito de las Cuentas Anuales del ejercicio anterior, la administración concursal se hará cargo de ello. Serán necesarios para esta actividad los datos que ofrezca el deudor concursado, según el artículo 45 de la Ley Concursal.
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