La convocatoria de acreedores es el llamado concurso preventivo, herramienta jurídica a disposición de las empresas que se encuentran en una situación financiera de insolvencia. La persona física o jurídica convoca a sus acreedores a una nueva etapa de negociaciones, para buscar una solución que pueda resultar positiva para todos.
En la convocatoria de acreedores se propone una salida consensuada, bajo la supervisión de un síndico o administrador concursal. Con el acuerdo que puede incluir alargamiento de plazos de pago de la deuda, esperas, quitas, el empresario mantiene la responsabilidad de la administración.
Las ventajas de una convocatoria de acreedores o concurso preventivo son varias y otorgan un respiro para la readecuación de la economía de la empresa. Se trata de un paso necesario en estados de grandes dificultades económicas, para evitar la liquidación y cierre de la empresa. Sin embargo, no siempre está bien visto y existen prejuicios que funcionan como trabas para que los empresarios se adhieran a esta herramienta.
Ventajas
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Las deudas contraídas antes de la presentación del concurso no deben ser pagadas y no pueden ser reclamadas por los acreedores.
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Se procede a la suspensión de todas las ejecuciones fiscales y comerciales, como pueden ser los embargos o desahucios.
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Se admiten nuevos planes de pagos siempre que no superen los 5 años
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Se suspenden los intereses convencionales o legales, aquellos de créditos salariales tomarán la característica de subordinados.
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En contratos de obligaciones recíprocas se incorporan a la masa activa o pasiva y pueden ser cancelados.
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Se pueden rehabilitar los préstamos o créditos a favor de los deudores si el endeudamiento se produce dentro de los tres meses antes de la convocatoria a acreedores.
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