Con un concurso de acreedores la empresa puede obtener una nueva negociación de las deudas o terminar en la liquidación del patrimonio, o ser cerrado el proceso en diferentes fases. El administrador concursal puede obtener una ampliación del pago de la deuda, en la cual se reduce el valor de la cuota. También es posible obtener una reducción del saldo deudor o paralizar los pagos. En todos estos casos se firma un convenio de concurso de acreedores, que le permite a la empresa continuar con su actividad y hacer frente a los nuevos convenios.
En empresas con una insolvencia declarada y verificada por el administrador concursal, el concurso puede terminar en la liquidación del patrimonio. Con esta acción se cubren las deudas en el orden estimado por la ley y se procede al cierre del negocio.
Cuando se comprueba la insuficiencia de liquidez para afrontar las deudas contra la masa, el juez puede cerrar y archivar el concurso de acreedores. La Ley contempla la posibilidad de reapertura de concurso de deudor concluido por liquidación o insuficiencia de la masa será declarado por el mismo juez. Este procedimiento se limita a la fase de liquidación de los bienes y derechos que aparecen con posterioridad a la declaración. Es siempre susceptible de reapertura cuando se descubren la existencia de otros bienes.
En cuanto a los efectos de persona jurídica, después de la cancelación de las deudas se procederá a extinguir su inscripción de los registros públicos en lo referido al impago. Con este acto se presume de manera tácita una condonación del pasivo insatisfecho. De esta forma, las deudas se darían por finalizadas y el proceso estará concluido.
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